Muchos proveedores de servicios ya están ofreciendo velocidades gigabit a la casa. Desafortunadamente, son los últimos metros los que determinan la experiencia de banda ancha; y el 95% del tiempo, esa es la conexión Wi-Fi. Una mala conexión Wi-Fi puede arruinar la experiencia de banda ancha, sin importar lo buena que sea la banda ancha hasta el hogar. Wi-Fi trae bastantes peculiaridades y problemas con ello. En primer lugar, es una tecnología inalámbrica, muy susceptible a la interferencia y, el espectro es muy dinámico: los dispositivos domésticos que se encienden y apagan, la gente que pasa, nuevos dispositivos de clientes se introducen, una mezcla de viejos y nuevos clientes Wi-Fi,... todo esto afecta las señales Wi-Fi. Por lo tanto, para obtener una buena experiencia de usuario de su Wi-Fi, se debe prestar atención a la ubicación y la configuración del enrutador Wi-Fi.